
Desde niña supe que amaba la fotografía y tuve mi primer cámara a los 6 años.
De allí fue solo un camino de ida. Nunca dejé de leer, aprender, captar, sentir, transmitir, a través del lente.
30 años después y siendo corredora aficionada, decidí lanzarme en el mundo de la fotografía deportiva.
Sentí que valía tanto la pena captar el dolor, el esfuerzo, el cansancio por el sacrificio y en forma ambigua, la felicidad infinita del objetivo logrado, del sueño cumplido, de otra meta alcanzada...
¡Que aquí estamos!... como siempre, en una nueva línea de largada. En una nueva carrera, un nuevo desafío, que enfrento como en todo lo que hago, con mucha pasión!